La Rambla de Barrachina se encuentra en el listado provisional para incluirlo como Lugar de Interés Geológico de Teruel. En las inmediaciones de Teruel, saliendo por la N-330, dirección Cuenca, a poco más de 2 kilómetros a mano derecha, entre los kilómetros 299 y 298, nos encontramos con un paisaje que nos recuerda el viejo Oeste.
Es uno de los paisajes más desconocidos y espectaculares de la provincia que podemos encuadrar entre las tierras baldías o badlands. Son terrenos ricos en lutitas rojas y muy erosionados por el viento y el agua. Su aridez es evidente y cuando llueve suele hacerlo de forma torrencial.
Los colores de tierras y estratos van desde los blancos, los rojos y amarillos con toda una gama de ocres, el azul del cielo y el verde de la poca vegetación que en él trata de sobrevivir. El paisaje cambia de color según las horas del día, el sol incide en las arcillas, en los grandes mallos y en las paredes verticales que tanto nos recuerdan al Gran Cañón del Colorado.
Los buitres viven en los escarpados y podemos observar sus increíbles vuelos y si tenemos suerte ver alguno de sus nidos.
Un paisaje de grandes y empinadas cuestas con escasa vegetación donde destaca alguna Sabina albar entre el matorral.