La ruta del Nacimiento del Río Pitarque es una de esas rutas imprescindibles para cualquier senderista, está declarado Monumento Natural. Se trata de una ruta de gran belleza, por un entorno realmente único.Los paisajes abruptos, el agua que surge en cualquier rincón y la vegetación nos acompañarán a lo largo de nuestro recorrido.
Distancia: 9,9 Km en total, (ida y vuelta por el mismo camino).
Tiempo aproximado: 1 hora y cuarto ida, 1 hora de regreso.
Desnivel acumulado: 685m
Dificultad: Baja/Media
En las calles de Pitarque encontraremos las primeras señales que nos indican el camino. La ruta está bien señalizada, y sigue todo el rato la misma senda.
Saliendo de Pitarque, el primer tramo lo haremos entre los campos del pueblo, y después entre montañas muy escarpadas, con un paisaje muy característico de esta zona y que nos acompañará todo el camino.Llegaremos a la Iglesia de la Virgen de la Peña. En este punto estamos casi a mitad del recorrido. Sorprende ver esta iglesia en medio del camino, con un enorme árbol justo delante. Este es un buen momento para reponer fuerzas antes de continuar. Llevamos ya un rato viendo y oyendo el río, que queda metros más abajo de nuestra senda. Aún nos queda un ratito de andar para poder ver de dónde surgen estas aguas cristalinas
Seguimos andando por la senda, y al poco llegamos a la central hidroeléctrica, ahora abandonada, y pasaremos justo al lado de todas las instalaciones.
La senda cada vez tiene más vegetación, y podemos ver, incluso en verano, cómo aparece agua en cualquier parte del recorrido. Incluso pasaremos al lado de un par de pequeñas cascadas y poco después frente a unas curiosas formaciones, los travertinos.
La entrada a la zona del Nacimiento del Pitarque es realmente mágica. De repente el paisaje cambia, y nos metemos dentro de una zona de roca erosionada por el agua, un lugar ciertamente sorprendente.
Sólo unos pocos afortunados pueden ver bajar el agua por el gran caño que hay en la entrada del nacimiento. Sólo los días posteriores a fuertes lluvias el agua baja formando un enorme chorro de agua por el caño que vemos en la entrada. No obstante, este caño es ya de por sí bonito aunque no tengamos esa suerte.
Seguimos adentrándonos por el nacimiento, en una pequeña senda en la roca que queda al lado del agua, que sorprende por lo limpia (y fría) que baja. Llegaremos a la poza, donde sólo los valientes se atreverán a bañarse. El agua está muy fría!Vale la pena, si vamos bien equipados con buenas botas, subir un poco por el lateral para ver este mágico lugar desde arriba. Unas cadenas y apoyos nos ayudan a subir.
El camino de vuelta lo hacemos por el mismo trayecto.